lunes, 10 de mayo de 2010

Sobre la INseguridad

“Porque de eso se trata: que alguien venga
y saque la mierda de tu vista, que para eso les pagás.
A eso se reduce todo. Así es como funciona tu mundo.”
Luis María Her sobre Blumberg


¿De qué hablamos cuando hablamos de inseguridad? Pregunta clave si pensamos en un país en el que la inseguridad es entendida como una demanda de urgente ocultamiento de la pobreza y la marginalidad urbanas por ciertos sectores acomodados de una sociedad profundamente signada por la desigualdad.
Nada mejor para justificar esta demanda de ocultamiento que la estigmatización del delincuente. La supuesta amenaza de inseguridad se transforma en una eficaz campaña ideológica con el objetivo de expandir las políticas públicas de control de la delincuencia común.
A través de los medios de comunicación se construyen pautas de interacción e interpretación de la realidad que inciden fuertemente en el modo en como nos pensamos y actuamos socialmente. Estas pautas pasan a guiar actitudes colectivas, o como diría Durkheim se transforman en representaciones colectivas. Los medios de comunicación de masas son en la actualidad, elementos esenciales del proceso de socialización e influyen en la manera en que aprehendemos la manera de pensar la realidad. En definitiva, no sólo inciden en la construcción de representaciones colectivas, sino que influyen directamente en la construcción del sujeto, lo social hecho cuerpo.
Nos interesa abordar el problema de cómo los medios de comunicación locales construyen esas pautas en el nivel de la seguridad. Para comenzar podemos decir que los medios de comunicación de Córdoba operan con una visión reduccionista o limitada de la seguridad. En vez de trabajar a partir de la noción de seguridad pública entendida como la situación social y política en que las personas tienen legal y efectivamente garantizado el pleno goce de sus derechos, los medios restringen el tema a los problemas referidos a la criminalidad y a la delincuencia.
Este tratamiento se expresa en la producción de representaciones que en lugar de hacer visibles las condiciones estructurales e institucionales a partir de las cuales los derechos ciudadanos son vulnerados, producen no sólo reduccionismo sino estigmatización de sectores sociales, de zonas de la ciudad consideradas peligrosas y la consiguiente asimilación de seguridad social a seguridad urbana en términos de prevención policial del delito y accionar del sistema penal.
Otra característica fundamental a la hora de reconstruir o deconstruir representaciones sociales sobre ciertos temas, que tienen los medios (principalmente los audiovisuales) son los famosos lideres de opinión. En Córdoba, es notable la tendencia de los ciudadanos en seguir a personalidades del periodismo debido a que estos vienen a cumplir la función de humanizar la noticia por lo que el público se siente identificado, o se va identificando, para ser más claros, con las ideas de ese o esos periodistas. En la televisión, sobre todo por su característica de efímera, pareciera como si esos acotados análisis, en el que la explicación de las causas y los motivos del crecimiento de la violencia quedan afuera por supuesto, fueran verdad absoluta.
Pero, ¿a qué se debe el disfraz que cubre los verdaderos problemas sociales, para mostrarnos en cambio una ola delictiva que provoca una sensación de inseguridad colectiva? No hay datos empíricos que nos ayuden a responder a esta pregunta, o por lo menos que estén en este momento a nuestro alcance. Lamentablemente, podemos suponer, por conocer a los personajes o a los grupos empresarios que se esconden detrás de cada noticia, que en el trasfondo de cada movilización de la opinión publica respecto de la inseguridad, se esconden los objetivos del dominio, y de quienes desean instalar en su favor nuevos modos de la cultura del terror. Así, avivando temores e inseguridades sociales mediante la excesiva comunicación del delito se obtiene la demanda de orden a toda costa. De esta forma los medios de comunicación instalan ideologías que son instrumentos del Capitalismo Moderno (Poulantzas).
Es una mentira pensar que podemos solucionar los problemas de delito sólo por medio de la violencia institucionalizada (sea real o simbólica), olvidándonos del tema de la marginalidad social.
En definitiva, dos son los grandes beneficios que obtienen estos grupos dominantes instaurando sensación de inseguridad social; por un lado acallan verdaderos problemas sociales, por el otro aumentan el nivel de audiencia y de ventas: Negocio redondo.




Victoria Farina
"Yo opino que opinar es necesario, porque tengo inteligencia, y por eso siempre opino".

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